La canela, junto con la nuez moscada y la pimienta fueron parte esencial del importante comercio mundial de especias durante los siglos XVI y XVII. Mientras que los famosos Cinammon rolls o rollos de canela tuvieron origen a comienzos del siglo 20 en Suecia donde incluso celebran el día del pan de canela o kanelbulle.

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Instrucciones de preparación

Derretir la mantequilla al fuego medio.  

Poner el agua tibia en un vaso junto con la levadura y una cucharadita de azúcar. Mezclar y dejar reposar durante 10 minutos.

Mientras tanto, en un bol mezclar la mantequilla derretida, la crema de leche, el huevo, el azúcar, la sal, la vainilla. Agregar la harina de trigo, mezcla bien y amasar hasta obtener un masa elástica y homogénea. Poner un poco de aceite en un bol y poner la masa, cubrirla con papel film y dejarla reposar 2 horas en un lugar cálido. 

Preparar el relleno en otro bol, mezclando el azúcar morena y la canela. Reservar.

Enharinar la mesa y con ayuda de un rodillo, adelgazar la masa hasta que tenga medio centímetro de espesor. Formar un rectángulo de unos 50 x 30 centímetros.

Derretir la mantequilla y con una brocha untar bien la masa dejando una pequeña franja de un centímetro en el borde del lado más lejano (para más adelante sellar la masa al armar el rollo). Esparcir la mezcla de azúcar y canela sobre el rectángulo de masa (dejando libre la franja del borde lejano). Enrollar la masa suavemente y untar la franja que hemos dejado libre con un poco de agua para sellar bien el rollo. 

Enmantequillar una lata de hornear.

Con ayuda de un cuchillo o un hilo delgado, cortar trozos del rollo de unos 4 centímetros y ponerlos sobre la lata, dejando espacio entre una porción y otra para que al crecer no se peguen. Tapar con una toalla seca y dejar reposar durante una hora.

Precalentar el horno a 200°C. Hornear los rollos durante 30 minutos.

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