Manifiesto del cocinero por amor

Nuestra declaración de principios


Acerca de nosotros

Nuestra guía de cocina es un espacio en el que compartimos recetas y conocimiento en torno a la culinaria y la gastronomía. Este texto trata de describir aquello en lo que creemos. No podemos asegurar que lo que decimos sea la verdad, pero es lo que deseamos; es decir, es nuestra fe, en el sentido amplio de la palabra.

Creemos que cocinar por amor es preparar alimentos con la sencilla motivación de la alegría que se crea al producir algo para otros. Cocinar siempre implica ir tras un resultado que se comparte y eso renueva nuestra esperanza en el mundo. Así sea porque se quiere, porque se debe hacer o porque se hace como negocio, la satisfacción de cocinar explota en el momento de decir "¡Ya pueden pasar a la mesa!", que es como una especie de grito de victoria.

Sabemos que alguien puede cocinar para sí mismo, pero es sorprendente cómo aun en ese caso, el resultado es susceptible de compartirse y en la mayoría de casos se hace. La receta que se cuenta al otro día, la buena sensación que se relata más tarde, guardar el pedacito para alguien o preparar luego el mismo plato en una reunión, son demostraciones de que la cocina es equiparable a los libros. Así se lea para uno, el conocimiento que deja un libro sólo se completa cuando se comparte, se transfiere o se replica, interpretado por el lector. Es frecuente escuchar a las personas decir "uno sólo come cualquier cosa, pero acompañado, vale la pena cocinar algo rico".

Creemos en la cocina como actividad placentera y como ritual, como un tiempo para pensar, para reencontrarse con lo sencillo, e incluso como una oportunidad para hacer amistades o acercarse a quien se quiere, si se cocina en compañía. Sabemos que la finalidad de la cocina está en alimentarse. Sin embargo, el sentido de cocinar está, más que en la comida misma, en el proceso y en las infinitas variables que puede tener. Tal como en el antiguo relato de Ítaca, el sentido del viaje no está en llegar, sino en el transcurso del viaje. En suma, en lo que se vive al viajar, o al cocinar.

Creemos que cocinar es un acto de creación, pro-activo y pro-ductivo. Los alimentos cautivan por su sabor, sus aromas, el color y a las texturas propias de la comida preparada con agrado y estos se van formando en el proceso. Este carácter de acto creativo pone a la cocina en el mismo terreno de la poesía, que en su origen significa construcción, producción de cosas con sentido.

Creemos que el cocinero por amor inevitablemente pone su cariño al cocinar y esto es un ingrediente tangible, notable como la pimienta y fuerte como el jengibre. Sentimos que el cariño transforma los alimentos, los calibra y los perfecciona, y hasta hemos llegado a sospechar que a eso la gente le llama sazón. Cocinar es una forma de generar alegría, placer y alimento para el mundo. Ya sea en lo cotidiano, en casa o en ocasiones especiales, en pequeño o en grande, cocinar es una cuota de bien. Se cocina para construir. No se cocina para dañar a otros, sino para alimentarlos. Si la cocina implica todo esto, entonces la actividad de cocinar con alegría ayuda a mejorar un poco nuestro entorno.

Creemos en el respeto por los alimentos y por los recursos. No queremos ser empalagosos ni idealistas, pero con sencillez y honestidad firme, queremos que la cocina sea un homenaje a la naturaleza y un acto de agradecimiento con el mundo.

Creemos que la cocina es un aporte continuo a la cultura y que ayuda a escribir la historia de los pueblos. Muchas culturas tienen mitos, símbolos y ritos en torno a su comida y a la forma de prepararla. La cocina y la manera como se cocina, son dos de los aspectos más atractivos al visitar un país o una región del mundo, y es uno de los aspectos que más define la cotidianeidad y la vida de las personas de una ciudad, un país o una colectividad.

Creemos que el sabor y el saber tienen la misma raíz y eso nos gratifica. El sabor propicia un placer indescriptible, que es parecido al placer que da la seguridad de saber algo. El acto de saborear es el disfrute en sí mismo, como el conocimiento es el sentido en sí mismo. Los sabores rememoran, motivan sensaciones, nos transportan. Unen nuestra parte emocional con la intelectual. Preparar comida estimula el uso de todos los sentidos, por lo cual creemos que cocinar es una oportunidad para vivir con intensidad.

Sabemos que hay personas para quienes la cocina es un trabajo, una rutina necesaria u obligatoria y no necesariamente placentera. A ellos los respetamos, como respetamos y enaltecemos cualquier trabajo en el que sea necesario cocinar.

Y creemos que la Web es un medio en el cual es posible compartir el conocimiento de cocina con acceso justo, y que cualquiera que quiera cocinar queda en igualdad de condiciones, aunque sus medios y sus ingredientes sean diferentes.