Sin duda el nombre de este delicioso y típico platillo de la gastronomía española se debe al picante de la salsa con que se preparan (conocida como salsa brava). Si bien no es muy claro su origen, la realidad es que muchos bares de Madrid y otras ciudades españolas atraen a sus clientes con esta singular tapa que va muy bien con una cerveza, un vino o algún licor más fuerte.

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Instrucciones de preparación

Lavar y pelar las patatas. Cortarlas en trozos irregulares de unos 4 a 5 centímetros.

Poner al fuego fuerte una olla con abundante agua y un poco de sal. Una vez comience a hervir, adicionar las patatas y cocerlas durante 5 minutos. Retirar las patatas. escurrirlas bien y esperar a que se enfríen. Secarlas bien con papel de cocina o con una toalla.

Poner una olla al fuego medio con abundante aceite de oliva. Una vez caliente, freir las patatas (deben estar bien secas) durante unos 7 minutos. Poner el fuego en alto y freir durante otros 3 o 4 minutos para que doren. Retirar y escurrir bien con una espumadera y poner sobre papel absorbente para eliminar el exceso de aceite.Agregar un poco de sal.

Mientras tanto preparar la salsa. Picar finamente la cebolla. Poner una sartén al fuego medio con dos cucharadas de aceite. Rehogar la cebolla revolviendo con frecuencia durante 4 minutos. Adicionar un poco de sal y continuar revolviendo con frecuencia durante otros 4 minutos. Adicionar el pimentón dulce, el pimentón picante y la pimienta. Adicionar la harina lentamente sin dejar de revolver para que se incorpore bien. Seguir cociendo durante unos 5 minutos. Adicionar el caldo de pollo mezclar bien para que todo se incorpore y la mezcla sea homogénea. Cocer durante unos 10 minutos. Antes de servir licuar bien con una licuadora de mano o con un robot de cocina para que la salsa quede cremosa y suave. Servir sobre las patatas.  

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